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Refugio Seguro

 

Refugio Seguro

Charlie Yojani Mariano, quien es parte de la comunidad Garífuna de Bajamar, Honduras, creció sola con su mamá, quien tenía que salir a trabajar para conseguir el sustento del hogar.
Este panorama, lamentablemente repetido en ese entorno, obliga a las madres solteras a dejar a sus hijos al cuidado de terceros.

Cuando Yojani apenas tenía seis años, empezó a ser víctima de burlas. Sus compañeritos de la escuela la molestaban constantemente por su físico, ya que era una niña con sobrepeso.

Tanto la ausencia de sus padres como el constante acoso llevaron a Yojani a una adolescencia llena de resentimientos e inseguridades, lo que desencadenaba en peleas frecuentes y en lenguaje vulgar. Luego encontró en la soledad una solución y protección, ya que sentía que nadie, menos su familia, la protegía.

En el 2021, su prima Sarahi la invitó a ser voluntaria en un comedor infantil, una iniciativa de una casa de paz para servir a la comunidad. Yojani aceptó y comenzó a servir en el comedor, saliendo poco a poco de su aislamiento. Pronto acudió a la casa de paz junto a su mamá, quien abrió su corazón y lloró angustiada por el comportamiento conflictivo de Yojani. La adolescente, al ver las lágrimas de su mamá, empezó a sentir que necesitaba un cambio en su manera de actuar y hablar, y decidió entregar sus cargas a Dios.

Ahora Yojani tiene catorce años y ha encontrado en la casa de paz un espacio donde se siente segura y comprendida, y donde se sigue formando por medio de la palabra de Dios, lo que le apasiona. Ella ha aprendido a amar, a respetar, a comunicarse sin malas palabras, a ser paciente, disciplinada y a servir en el comedor infantil.

Yojani tiene muchas metas por alcanzar: culminar sus estudios, servir más a su comunidad y enseñar a niños a tener una relación con Jesús. Su transformación ha sido clave para que muchos jóvenes en su comunidad encuentren, como ella, un refugio seguro en Dios.