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El eco de PIC

Un legado de multiplicación

Se ha venido desarrollando un efectivo trabajo de implementación de la visión de PIC con la Iglesia Sol de Justicia de Medellín. Tanto es así que un día llegó la invitación a participar en un viaje misionero organizado por dicha iglesia, del 11 al 14 de noviembre del 2022, donde el equipo PIC tendría como objetivo realizar un entrenamiento DMD para la iglesia misionera y las iglesias de Caucheras del municipio de Mutatá, localizado en la subregión de Urabá, Departamento de Antioquia, Colombia.
El pastor Carmelo Urango, de la iglesia anfitriona Alfa y Omega Jire, fue avisado con anticipación del entrenamiento. Él, consciente de la necesidad de la comunidad que lidera, de inmediato se dispuso a invitar a pastores y algunos hermanos de otras iglesias de Caucheras y de Chigorodó. Ellos nunca antes habían recibido entrenamiento para el discipulado; tenían el anhelo de reflejar el evangelio, pero no sabían cómo hacerlo de manera ordenada y sistemática que pudiera dar un buen fruto.
Por la gracias y misericordia de Dios, y gracias a la ayuda del pastor Carmelo, se logró llegar a la comunidad. El día sábado 12 de noviembre se realizó el entrenamiento, el cual se llevó a cabo desde las 9:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., donde fueron entrenadas 30 personas, quienes se acercaban al equipo repitiendo que esta preparación era respuesta a sus oraciones. Durante estas horas se insistió en que el movimiento PIC no se caracteriza solamente por entrenar a las personas y a las iglesias, olvidándose de ellas; nuestra esencia y particularidad es acompañar, mentorear e impulsar a las iglesias para que haya una multiplicación de líderes, discípulos e iglesias. Al final del entrenamiento, se compartió un delicioso alimento y se tomaron datos de todos los participantes para mantener contacto constante con ellos.
Efectivamente, se comenzó a llamar a los entrenados para darles seguimiento. Dos de los pastores mostraron gran interés y siguen siendo mentoreados. Uno de ellos es el pastor Carmelo, quien, a pesar de las dificultades que atraviesan, ya que no recibe ningún tipo de apoyo, ha escuchado, seguido y se ha comprometido con Dios en replicar las herramientas aprendidas. Él ha entregado su vida para ser entrenado, y actualmente es el coordinador de toda esa tierra que espera el resonar del evangelio.
Hoy, el eco de PIC se escucha en Caucheras; la iglesia ha sido obediente al cumplimiento de la Gran Comisión, tanto que han establecido tres casas de paz. Confiamos en Dios que, con el tiempo, la intensidad de este sonido vaya milagrosamente en aumento.

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