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Encontrando a la personas de paz

Encontrando a la personas de paz

Caminando por las calles del barrio Buceo, en la ciudad de Montevideo, Uruguay, estas palabras resuenan en mi mente: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes  ni sus caminos son los míos, afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!”. Esto se hace realidad cada vez que encontramos a una persona de paz.

Muchos han escuchado la historia de Nestor (https://bit.ly/Pictestimonio), alias Tocoto, quien hace un año vivía en las calles. El milagro de transformación que Dios hizo en él comenzó con dos mujeres de avanzada edad, Teresa y Dorita, que luego de ser entrenadas en DMD y guiadas por el Espíritu Santo, buscaron a Tocoto. Así fue como encontraron a su persona de Paz, quien pronto dejó el alcohol y empezó a trabajar,  lo que llevó a Tocoto a mudarse a Ciudad del Plata, pero sigue congregando fielmente en su iglesia Alto Refugio en Montevideo.

El testimonio de Tocoto ha sido clave para la transformación que el Espíritu Santo está trayendo en la ciudad. Él recibió entrenamiento en DMD y de inmediato salió a buscar personas de paz,  así fue como les dio el mensaje a Juan y Leticia, y junto  a Gladys y su esposo Alejandro, Tocoto empezó a discipularlos en reuniones semanales, donde entregaron sus vidas a Jesús. Ellos recibieron a los mensajeros, recibieron el mensaje,  y recibieron la misión de ser embajadores de Cristo en todo lugar, testificando la paz que el Señor trajo a sus vidas.  

La multiplicación de discípulos ha llevado a la Iglesia Alto Refugio a reunir semanalmente a las 6 casas de paz y empezar un proyecto de plantación de una nueva iglesia en Ciudad del Plata.

La Paz de Dios se está regando en Uruguay, y todo inició con esas dos ancianitas que buscaron la guía del Espíritu Santo y al obedecer participaron de la transformación de Tocoto y de tantas personas. Nunca alcanzaremos a saber cuánto fruto puede dar una sola semilla plantada en buena tierra, pero sembramos con la esperanza de que Dios haga mucho más de lo que imaginamos. Sus pensamientos son más altos que los nuestros. ¿Y tú, estás buscando tu persona de paz? ¿Qué estás esperando para hacerlo?

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